Cualquier videoclub que pretendiera poseer una colección de vhs de terror digna de mención tenía que tener su particular sección dedicada al cine de monstruitos, seres inmundos de otras dimensiones y aberraciones de la naturaleza. Desde que en 1982, Steven Spielberg, creara esas entrañables y gamberras criaturas llamadas los "Gremlins", dejar las luces encendidas por toda la casa y mirar debajo de la cama antes de echarnos a dormir se combirtió en un ritual diário para los niños de toda una generación. Si "Gremlins" nos enseñó que en los "chinos" de los ochenta ya se podía encontrar de todo, la "explotation" ochentera colmo las estanterias de los videoclubs de barrio con bizarras y patéticas cintas de monstruitos que aprovechaban el tirón del enorme éxito comercial de las aventuras de "Gizmo" y compañía. Los "Ghoulies (1985)", era una de esas leprosas cintas de cuya portada te quedabas prendado nada mas verla. Ese aspecto satanico, de terror puro y duro, no apta para menores era suficiente reclamo para picar el anzuelo y llevarte a casa una tontada de película donde no hay terror, ni suspense ni nada que despierte alguna minima sensación en el espectador aparte del suicidio por haberse gastado dinero en semejante aberración. Parece que los productores entrarón en razón y cambiarón la portada original por otra en la que se veía a un muñeco de plastilina (un "Ghoulie" !!) asomando su plastificada cabecita por la taza de un vater. Una taza de vater que sería el común denominador en las caratulas de las sucesivas secuelas, una infame saga la cúal podía perfectamente haberse ido directamente por donde salió.
Si los "Ghoulies" adornaban en cierta manera los rincones mas leprosos de los vhs de terror y ciencia-ficción, los "Munchies" le daban ese toque de subrealismo tan propio de la "explotation" mas rancia y oportunista. Surgidos, como no, a raiz del éxito de los "Gremlins", los "Munchies (1985)" eran unas borrachas y gamberras criaturas que protagonizaban una serie-b mas propia de una sesión doble de unos autocines especialmente diseñados para que los jovenes de la época fueran alli a meterse mano.
Como su poster indica, cutrez infinita sazonada con pequeñas dosis de picante ochentero. La cinta tuvo dos secuelas totalmente prescindibles y enfocadas a un publico mas juvenil, por aquello de que al espectador joven se le puede engañar mas facilmente, en fin... Finalmente, llegamos a la joya de la corona, una saga imprescindible para cualquier videoclub que se precie en tener una completa sección dedicada al cine de bichejos, los "Critters (1986)".
Estos carnivoros seres extraterrestres que sembrán el terror haya por donde van, tuvó un estreno en 1986 digno de una gran producción de ciencia-ficción de serie-a, de ahí la infinidad de posters distintos que asolarón las salas de cine en los diferentes paises en las que fue estrenada. Con unos valores de producción por encima de la media, los "Critters" es una de las sagas mas recordadas por las aficionados al cine de criaturas fantásticas, el éxito de la cinta propició un aluvión de secuelas que fueron de mas a menos, pero que para el recuerdo de todo el aficionado al género del terror nos dejarón unas cuantas caratulas de vhs con las que quedarnos embobados en aquel oscuro callejón de cualquier videoclub de barrio.
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